Del Kiosco a un Mayorista...

Lecciones de un kiosco

En la vorágine diaria, muchas veces no tomamos conciencia del camino recorrido. Vamos avanzando sin detenernos a mirar atrás, hasta que algo nos obliga a hacer una pausa y observar el espejo retrovisor.

Eso me pasó el miércoles pasado cuando encontré esta foto de mi primer emprendimiento, a los 18 años, dentro del “Maxikiosco” ubicado en la calle Obligado, en Avellaneda.

Con un poco de melancolía me pregunté: ¿En ese momento soñaba con tener un autoservicio mayorista?
Podría mentir y decir que sí, que era un objetivo claro. Pero la verdad es que ni cerca estaba.

Aunque, pensándolo bien, tal vez había algo en mí que intuía que había que ir por más. Quizás por eso, mientras acomodaba estanterías, reponía heladeras y escuchaba los problemas de los vecinos, siempre encontraba un momento para leer y coleccionar revistas de negocios y emprendimientos.

Hoy, 16 años después, mirando esa foto, me doy cuenta de algo: mi primer paso por la universidad no fue en la UBA con aquel intento fallido de querer ser ingeniero naval.
Mi verdadera universidad fue el kiosco. Ese pequeño local se convirtió en el aula donde realmente me formé como comerciante.

Ahí obtuve mi primera licenciatura—sin título, pero con mucho aprendizaje—como emprendedor. En ese local de Obligado 43, aprobé materias como responsabilidad, negociación, ventas, constancia, honestidad, perseverancia y, sobre todo, PASIÓN.

🔥 ¿Qué mejor escuela que la experiencia misma?

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